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jueves, 6 de mayo de 2010

SILVA Y BEVILACQUA

Hace unos años estaba escuchando la radio un domingo por la mañana. Entrevistaban a un autor del que no sabía nada, Lorenzo Silva, que acababa de ganar un premio con un libro cuyo título me cautivó: El alquimista impaciente. El entrevistador le interrogó sobre un pasaje del libro en el que al guardiacivil protagonista alguien le pedía explicaciones de por qué seguía sus investigaciones si todo parecía sin solución, un asunto para el archivo. “Porque se lo debemos a la familia del muerto”, contestaba más o menos Bevilacqua, que así se llama el psicólogo reciclado en Guardia Civil. Compré el libro, lo leí, me maravilló, seguí comprando y leyendo. Por supuesto, todos los casos de esta pareja de picoletos (porque a Bevilacqua le acompaña la impagable, íntegra y disciplinada Virginia Chamorro). También he leído otros libros de él (especialmente cruel y hermoso es Bandera Blanca). Pero hoy me he propuesto hablar de esta serie de libros de la peculiar pareja, y especialmente del último, que acabo de terminar, La estrategia del agua. Bevilacqua se hace mayor, tiene cuarentaitantos años, un hijo adolescente fruto de un matrimonio fracasado y se enfrenta a un nuevo caso. Está cansado, “quemado”, dicen ahora, de ver cómo sus esfuerzos se estrellan contra unas leyes que disimulan y enmascaran, que no garantizan el bien, sino la impunidad y la desidia.

Hace tiempo que pienso que podría escribir unos folios sobre la relación entre la filosofía moral kantiana y los detectives de novela policiaca. En este caso con más razón. Porque Bevilacqua se queja a menudo de su sueldo y condiciones laborales, pero sabemos que, de doblarle el sueldo, haría lo mismo. Y también si se lo redujesen. Porque actúa por deber y no conforme al deber. Esta distinción kantiana significa que los actos hechos por deber vienen decididos por la voluntad libre de hacer lo que se debe hacer, independientemente del interés o la recompensa. Por el contrario, lo que se hace conforme al deber se hace bien, pero para algo: un buen sueldo, una palmadita en la espalda, honores y reconocimientos, etc. Pero estos personajes no actúan así. Son dueños de una voluntad que refleja el más genuino imperativo categórico. Eso sí, con trama.

Lorenzo Silva no escribe libros policiacos, sino novela social con un evidentísimo tono moral. En toda su literatura lo encuentro: son tratados acerca de lo correcto, de la dignidad, del deber. Lorenzo Silva me parece tan bueno como Stieg Larsson o Henning Mankell, porque reconocemos una realidad social actualísima, y una disconformidad hacia ella que oscila (como en todos nosotros) entre el escepticismo, la fatiga y la rebelión. De este libro me interesa especialmente la feroz y descarnada exposición de la realidad de unos hombres a los que la ley no sólo no protege sino que criminaliza por su condición de hombres. Es el tema (tan doloroso para algunos) de la guarda y custodia de los hijos. Es el tema de las denuncias falsas, de la credibilidad a priori de la palabra de la mujer. En definitiva, de la asimetría llamada discriminación positiva y también preferencia compensatoria, que no compensa, pero es desde luego discriminación. Valga esta muestra, las palabras de la titular de un juzgado de violencia contra la mujer:

“-Tenemos que empezar a poner en la picota a esta clase de gente, es una cuestión de higiene pública. La ley era necesaria y tiene un potencial enorme, pero no podemos olvidar que es excepcional, y mal funciona una ley excepcional cuando no se castiga al que delinque para aprovecharse de ella. Así, la gente se la toma a la ligera y resulta que generamos conflictos en vez de resolverlos. Sobre todo, con lo que suele estar en juego en una ruptura de pareja. (…) Cuántos pleitos nos ahorraríamos (…) si la custodia fuera compartida por ley, y hubiera que probar la incapacidad de uno de los progenitores o su desinterés en la crianza para acordar otra cosa. Como pasa en Francia, en Italia y en otras muchas partes. Impediría que los niños fueran utilizados, y disminuiría algo el resentimiento que al final, mezclado con la mala educación que en este país tienen muchos hombres, pero tampoco perdamos de vista a las mujeres, acaba causando los desastres con los que tengo que bregar a diario. [Tengo] dos niños. Un mes con su padre y otro conmigo. Y tan ricamente, sin traumas, trastornos ni ninguna de esas chorradas que dicen los defensores de la custodia única” (págs. 282-283).

Agradezco a Signos, aquí al lado (Estilema) que en su particular corte insular me nombre Duque de Bevilacqua. Con permiso de Lorenzo Silva, of course. Es un honor.

http://www.lorenzo-silva.com/
http://lorenzo-silva.blogspot.com/



33 comentarios:

  1. Mira que cuando he visto que había nueva entrada y que la cosa iba de Bevilacqua he pensado ¡qué bien!

    Pues resulta que no, que has empezado a dar pistas y eso no está bien. La próxima peli buena que vea te la resumo involuntariamente en un breve comentario y me vengo de tu involuntaria maldad.

    Tengo que elegir entre leerte o saber de "mi héroe". Es que, ¿sabes?, Bevilacqua es de mi tipo. Un hombre imperfecto pero íntegro -o casi-, puede pasar desapercibido y hasta puede parecer tonto, pero es inteligente, tiene la cabeza bien amueblada aunque guarde en ella algún trasto viejo con telarañas y fantasma incluidos, es fuerte pero flexible (esto me gusta mucho). También le supongo un pelín romántico, le espero decidido cuando toque serlo, y más cosas que me guardo para mí.

    No sé si estarás de acuerdo.

    No puedo leer tu post. ¡Temo que me destripes la historia!

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  2. Pues creo que no, Aliénor. Releo lo que he escrito y no, no cuento la novela. Ni siquiera levemente. Lo que hago es hablar sobre el sentido y propósitos vitales de este investigador y (supongo, pero no estoy seguro) de Lorenzo Silva.

    Estoy de acuerdo contigo en tu apreciación de Bevilacua: ha vivido, se ha estrellado, pero no ha tirado la toalla, ni a la vida, ni al trabajo. Me gusta porqu renuncia al nihilismo, es lo fácil.

    Lo que no veo es lo del pelín romántico; ni siquiera me parece que haya tensión sexual no resuelta con Virginia Chamorro.

    Un hombe imperfecto, pero íntegro, con criterio. Sí, eso es. Pienso lo mismo. Y no temo llamar héroes a personas así, sin comillas. Conozco algunos. No es preciso que enarbolen banderas y liquiden enemigos: un trabajo pulcro es a menudo suficiente. Leí hace un tiempo (creo que a José Antonio Marina) que un héroe es aquél que va más allá de sus deberes. Pues sí.

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  3. Totalmente de acuerdo en tu aprecio por Silva y sus picoletos. Los suecos son buenos (magnífico para mi gusto Mankel), pero aquí tenemos también una buena cantera de escritores de novela negra.
    Por otra parte, por un comentario tuyo, leí a Petros Markaris, cogí Muerte en Estambul. No me gustó demasiado, aunque me pareció interesante el follón greco-turco. ¿Le doy otra oportunidad? Aconseja títulos.
    No sé si conoces a Quiu Xialong (Cuando el rojo es negro, Muerte de una heroína roja); es muy interesante lo que refleja de la sociedad china.
    La verdad es que en la novela negra cabe todo, y es magnífica para reflejar una sociedad.

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  4. No conozco esa novela de Petros Markaris, creía que había leido todo lo que está traducido al castellano, pero veo que no. Yo he leído "Noticias de la noche", "El accionista mayoritario" y "Defensa cerrada". Me gustaron, y mucho, las tres. Dale otra oportunidad.

    Cierto que por aquí hay mucho escritores magníficos. Tengo para el verano a Juan Madrid.

    No conozco a este chino ni he leído nada de escritores chinos. Apunto también.

    Coincido en lo que dices. Hace tiempo que me di cuenta de que uno de los mejores modos de leer novela social es leer novela negra. En los libros de Lorenzo Silva se ve aún más claro porque conocemos el terreno de cerca.

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  5. Aquí otra mujer a favor de la custodia conjunta, física y legal, y en contra de las falsas denuncias que dañan no solo a la que un día fue su pareja, sino también a las mujeres que sí han sido maltratadas. Por respeto a ellos, por respeto a ellas, por los niños, no a la "asimetría" en el divorcio.

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  6. Efectivamente, has dado en el clavo. Las mujeres tenéis derecho a reivindicar la igualdad (que es legal, pero no siempre real). Pero eso significa jugar todos con las mismas reglas. No se puede querer ser igual y diferente a la vez. Si nos habéis dicho durante años que debíamos compartir los gozos y también los deberes, las tareas y todo lo demás (no puede ser de otro modo), eso significa que las reglas siguen valiendo cuando todo ha terminado. Que seguimos siendo padres a tiempo completo y no a tiempo parcial, que educamos y no sólo pagamos la pensión.

    Bueno, me alegra mucho que tantas mujeres penséis lo mismo. He de decir que algunas lo piensan, pero cuando están en situación intentan obtener las ventajas que las leyes y (lo que es peor) la costumbre les permiten y alientan.

    Lo peor, desde luego, de todo eso es la sombra de sospecha que cae sobre todas esas mujeres que sí han sido maltratadas y que merecen mucha atención, excelente trato y justicia.

    Gracias.

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  7. Atticus. Yo quería decir que en tus líneas hablas de la criminalidad de las leyes y de las injusticias. Estoy de acuerdo en todo eso, pero me gustaría decir algo más. Aunque yo desconzco el libro que mencionas, aunque sí había oído hablar de él, creo que el tema policiaco y de intriga daría para llenar varios blogs jajj.
    No sé si sabéis que según el país al que la novela policiaca o de misterio haga referencia, es tratada de una manera diferente.
    Los autores estadounidenses utilizan de por sí a detectives corruptos que se mezclan entre la sociedad y son obligados a utilizar la violencia para salir a flote. En la literatrura inglesa, es todo muy diferente porque los detectives no son psicópatas corruptos.
    Mencionas también a Stieg Larson. Pues estoy de acuerdo contigo en que es un fuera de serie; al menos en su primer libro. No he leído los otros dos por falta de tiempo. Los disfrutaré en verano.
    Yo también tengo que bregar a diario con personas que, en la mayoría de los casos, no tienen ningún interés por asistir a clase, o tienen problemas familiares y, por lo tanto el apoyo d elos padres es nulo.
    Creo que esa es otra de las injusticias del mundo: que porque un señor o señorita no quiera asistir a la escula tenga que hacer la vida imposible a una persona que sólo pretende enseñarle a ser mejor persona y a valerse por aí mismo.
    Saludos.

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  8. Estoy de acuerdo con esa visión de los detectives estadounidenses: esa corrupción o cinismo no me gusta demasiado. Prefiero a este Bevilacqua o al de Larsson, o al de Mankell, o al de Donna Leon, porque representan el ansia de justicia. Ya hablé de eso en la entrada "Wallander". Me parece que hablamos de novelas morales, no de entretenimientos playeros (para eso ya tenemos a Dan Brown, cuando no pasan por la orilla señoritas estupendas...).

    Y coincido contigo en esa gran injusticia que consiste en no aprovechar una oportunidad que además es muy cara y encima hacer la vida imposible al tipo que se ha quemado los ojos estudiando. Necesitamos que los padres nos apoyen, no incondicionalmente, pero casi, que digan a sus hijos que nosotros merecemos más: dinero (desde luego), consideración social. Que no nos pongan continuamente bajo sospecha.

    Otro día hablaré de esto. Acabo de ver "La clase", que no me ha gustado demasiado, vamos, que no me ha gustado. Pero el tema es importante.

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  9. Debo a Atticus el descubrimiento de estos dos picoletos y el disfrute natural, sencillo y sin reservas de sus pesquisas. Me encantó la primera que leí: “El alquimista impaciente”. Y después todas las demás.

    A mí no me convence la formación psicológica de Bevilacqua, es como un pretexto, un añadido pegotón, como para tratar de diseñar un tipo de guardia civil distinto. Además, en su discurso yo no advierto esa formación académica.

    Sí advierto esa tensión sexual no resuelta entre él y ella. No sé en qué libro, Chamorro tiene que quedar con un mafias y más o menos seducirlo. Se pone un vestidaco de infarto y Silva la describe prácticamente como una super top, ¿o es el propio Bevilacqua? ¿O fui yo?

    Kant y la novela negra…, te va de matá, Atticus.

    Por cierto, ¿no es demasiado tópico ya el comentar aquello de que la novela negra es un perfecto fresco social y tal, y tal, y tal? Aunque lo sea, no es ése su valor, sino lo que intriga y atrae. Pero bueno, yo soy un magro lector de esto. Y de casi todo (de hecho, aprendí a leer tarde, en la mili, mi alférez).

    Ardoooor guerreeeeerooooo…

    Y otra cosa, Atticus, Aliénor y España toa o en general, isla de perejil y autonomías aforadas: esos héroes "imperfectos" resultan al final demasiado perfectos, y a mí, cuando lo intento, no me sale eso de pasarme el dedo por los labios como en "Al final de la escapada", ni sé decir "my name is Crac..., Cris Crac", ni cuando le lanzo todos los misiles de la madre de todas las batallas a una churri estoy seguro de si es el momento en que toca o me va a mandar al carajal más cercano..., así que me cisco en todos los antihéroes y héroes viriles a la par que tiernos.

    Así, a tenazón.

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  10. Por partes. Lo de la formación psicológica parece irrelevante casi siempres, es como decir que guardia puede ser cualquiera. En "El alquimista impaciente" hay una escena memorable en el que Bevilacqua explica a Chamorro lo que significa según Freud acariciarse la cortaba. De traca.

    No me parece suficiente la escena del traje. Está hermosa, sí, pero no hay suficiente relación, o no va por ahí. Creo que la esperamos sin un motivo. Silva no los da, al contrario, parece decirnos que queremos que diga algo al respecto. Pero no.

    Es a veces un tópico lo del fresco social. Pero lo que hace inolvidables estas novelas es la mezcla de ese lado oscuro de la sociedad con una trama bien urdida. Y las de Silva lo están.

    Y bueno, CrisC, no te preocupes por si no te sale bien lo de pasarte el dedo por los labios con gesto sensualón. Es cuestión de práctica. De años.

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  11. Con lo del traje quise decir "vestido". Es que no son horas de escribir.

    Y ya me explicarás qué quiere decir eso de "te va de matá". ¿Es ofensivo o una colleja cum laude?

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  12. Eso de las altas horas va a ser.

    Se me olvidó la preposición, a saber, "te va a de matá", useasé, que te vas a matar si le sigues dando al kantismo. Cosa dura el Manu.

    Prasticaré lo del Belmondo, mi alférez.

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  13. Eso va a ser.

    Casi siempre, y es parte del encanto, el héroe no ejerce de tal, no sabe que lo es. Por eso resulta tan convincente, tan atractivo.

    CrisCrac, no hace falta que te pases el dedo por los labios.

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  14. Cuando tenía veinte años, escribí este verso: "y tuve en mi cuerpo la edad de los héroes".

    Tenía entonces esa edad, no sé por qué lo escribí así. Ahora ya no la tengo…, ¿pero para qué o para quién querría ser un héroe?

    Gracias por la delicadeza, Aliénor, pero practicaré por si acaso.

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  15. Cosa dura, cierto, don Manuel (Kant). Pero como dijo Machado, se emplea menos fósforo en descifrar a Kant que en leer tonterías absolutamente inútiles. Además, no hay novela negra si esa conciencia de deber, sin ese punto de heroísmo del que hace lo que debe hacer. Pero vamos, concedo que no es preciso leerlo para disfrutar de las novelas de Lorenzo Silva o de cualquier otro. Si fuera así, es que son malas novelas: toda narración que necesita un libro de intrucciones, de claves o una hermenéutica sesuda no es una buena narración, que debe bastarse a sí misma.

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  16. Respecto al tema de los héroes, estoy con Aliénor. No creo en los héroes oficiales, pero me resultan atractivos estos que lo son sin alharacas ni publicidad. Esos que hacen lo que hay que hacer, lo que les dicta su conciencia, y luego se van.

    No sé cuál es la edad de los héroes. ¿La tienen?

    Está bien esto de que los bloggeros se piropeen a través de tu modesto espacio virtual. Nada, nada, CrisC, practica.

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  17. Héroes... Recuerdo un día que iba caminando por la calle, triste, triste... De repente se me acercó un hombre que estaba pidiendo en la calle y me dijo: no sé qué te habrá ocurrido, pero seguro que se soluciona, todo comienza con una sonrisa. Levanté la vista y sonreí... Mi héroe... ¿Cómo no invitarle a un café?

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  18. En una especie de conferencia le preguntaron a Pérez-Reverte quién creía que podían ser los héroes de hoy. Remitió a esos individuos que se levantan de madurgada, aguantan todo el día a un jefe cretino por un sueldo miserable y, cuando vuelven a casa, aún tienen tiempo y ánimo para una sonrisa y una palabra amable. Algunos e sintieron decepcionados. Yo estuve de acuerdo.

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  19. Estoy completamente de acuerdo!! :-)

    Desde aquí un besote inmensooo a todos mis compañeros de obra!!! Jajajaja :-) Especialmente a Carmen y Lamiae... Siempre las primeras y luego hasta las mil en la caseta!! Pero nunca, nunca perdían la sonrisa... Y me ayudaron, me ayudaron mucho... Mis heroínas...

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  20. He leído casi todo lo de Silva sobre esta pareja de picoletos desde "El lejano país de los estanques", "El alquimista impaciente", "La niebla y la doncella", y "La reina sin espejo" (a falta del último y el de los cuatro relatos, "Nadie vale más que otro"). En principio, planteados como "literatura menor", de evasión y entretenimiento, pero que se degusta con deleite. Disfruté también con la desasosegante "flaqueza del bolchevique". Puede que se empiece a reivindicar a Silva como autor de interés literario y hasta llegue a ser de culto. Qué más da. Lo importante para mí al escoger un libro es que me haga disfrutar. Y envidio de este abogado convertido en escritor (y encima más joven que yo, el jodido)la facilidad de gestar historias que te atrapen de principio a fin. Así que en breve voy a por este último.

    Aunque espero que resuelva bien el berengenal en que se mete, con lo de las falsas denuncias de violencia de género. Tema peliagudo donde los haya. Que no se le eche encima una horda de damas enfadadas. Cuando lo lea, opinaré,aunque sobre estas cosas prefiero debatir en privado (¿será que estoy estigmatizado por experiencias previas? Consultaré a mi psicoanalista...)

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  21. No es literatura menor. Es de entretenimiento, de acuerdo; si una novela no entretiene, no es una buena novela, sino un ensayo enmascarado.

    A mí también me pasa eso de envidiar (insanamente) a los tipos que son más jóvenes que yo y hacen ese tipo de cosas que a mí me hubiera gustado saber hacer. Los jodidos, tienes razón.

    Y me gusta mucho esa valentía: lo que cuenta ocurre. Y la justicia para muchas no puede hacerse a costa de la injusticia para algunos. Eso no es justicia. Si se le echan encima las hordas feministoides, peor para ellas, porque lo que entiendo que propone es algo que favorece a las personas, es decir, a la igualdad real. Creo que hay temas que conviene debatir en publico, y que el hecho de que sean tan duros y provoquen reacciones tan enconadas sólo quiere decir que conviene llevarlos a la plaza pública, secuestrarlos del ámbito sentimental y comenzar a inyectar racionalidad en el miedo, el dolor y las creencias falsas.

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  22. ALEEEEEEEEEEEEEEEEEEEETTTTTIIIIIIIII!!!

    Mi padre, que llevó a hombros al jugador Enrique Collar, que ha estado en la retransmisión, estaría muy feliz.

    ¡¡¡GÜI AR DE CHANPIONSSSSSHHH..., ATTICUS!!!

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  23. http://www.youtube.com/watch?v=R0fMsY3hpPk

    ¡¡¡Aúpa Atleti!!!

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  24. Lo estaría, sin duda. Qué goles de Forlán. Casi convenzo a Olenska (que estaba conmigo de que se haga atlética). Al ver a Forlán sin camiseta ha dudado. Bueno, espero que la siguiente no nos pille jubilados...

    ¡A por la siguiente! Que vayan pasando.

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  25. Releo este post y caigo en la cuenta de que el libro que cito como "Bandera blanca" es "Carta blanca". Perdón. Leedlo.

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  26. He leido el post a raiz del comentario sobre el error en el título del libro que citabas. Ha sido un placer leerlo....lo has estropeado en los comentarios, tu lenguaje(feministoides)tiene connotaciones despectivas. Desde el momento que utilizas éste tipo de lenguaje pierdes toda la razón que puedas tener, atraes la atención sobre él y no sobre los argumentos, lo que se traduce en que los argumentos no tinen suficiente fuerza por sí mismos.

    En parte estoy de acuerdo en las perversiones que pueda tener toda norma legal(ya se sabe: hecha la ley, hecha la trampa), pero deberías de informarte sobre el porcentaje de denuncias falsas en comparación a las reales.

    Otra cosa es que se cuestione si las medidas adoptadas son acertadas, se haga una valoraión de la situación... el caso es que las mujeres siguen siendo maltratadas y siguen muriendo, ¿qué ocurriria si fuese a la inversa?, ¿tenemos las mujeres que adoptar el mismo comportamiento?, ¿sigue vigente la ley del talión?...

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  27. Siento dos cosas. En primer lugar, que no compartas mi modo de ver las cosas. Esto, por supuesto, no es esperable, y sí respetable. En segundo, que hayas leído el post precipitadamente y con prejuicios. No digo lo que dices que digo. Al contrario.

    Cuando los hombres decimos, respecto a estos temas, que es injusto el trato y la ley, se nos criminaliza a menudo. Pero en absoluto hacemos apología de la ley del talión, del maltrato a las mujeres o de la brutalidad del macho. En absoluto. Por favor, lee con más cuidado y renunciemos al tópico, la descalificación y a lo fácil.

    No pretendo hacer un estudio de sociología. Conozco lo que dices, no es preciso que me informe más. Lo conozco. De cerca.

    Por favor, apéate del tono que utilizas. No sé si me conoces personalmente. Pero me duele. Mi lenguaje ni es feministoide ni tiene connotaciones despectivas. No es así.

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  28. No estoy diciendo que tu lenguaje sea feministoide, lo que he querido decir es que cuando utilizas el término "hordas feministoides" para referirte a las mujeres o determinado grupo de mujeres estas siendo despectivo. Me apeo del tono que utilizo si tu te apeas del tuyo y dejas de utilizar el término feministoide, no es de tu estilo, o por lo menos eso creo.

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  29. Pues verás, Terrae, a ver si me explico bien. La especie humana merece respeto, pero no todo lo que dice es respetable. Algunos se dedican a promover la estupidez y la maldad. Y eso no es respetable. Si se sienten ofendidos, lo siento, pero no me retracto.

    Lo mismo vale para las mujeres. Son (sois, supongo) un colectivo demasiado amplio y diverso. Por lo tanto, toda afirmación que comience por "Todas las mujeres" o "Ninguna mujer" es necesariamente falso e injusto. Yo no me atrevería a decir nada que valga para todas las mujeres.

    Pero entre las mujeres -algunas, ojalá que pocas- hay estupidez (como entre los hombres, por supuesto, no hay ni que decirlo), hay maldad, hay resentimiento y hay muchas cualidades que no son privativas sino de eso que se llama personas, o sea, hombres y mujeres.

    Por lo tanto, líbrenos Dios de las hordas feministoides, que no de las sensatas mujeres y hombres que hacen del feminismo, esto es, de la igualdad, norma de vida. Tengamos igualdad y reciprocidad. Entiendo por "hordas feministoides" (por cierto, utilizado en un tono irónico) aquel grupo de mujeres que, en nombre de la igualdad, pretenden conseguir ventajas, es decir, no son feministas, aunque se autodenominen así, pues no pretenden conseguir la igualdad, sino aprovechar la situación para ponerse "por encima". Obviamente, no me refiero a nadie en particular, tengo la suerte de estar rodeado por mujeres sensatas, pero he encontrado de las otras, verdaderas fundamentalistas, dignas de mejor causa. Y estoy más que harto de discutir a mediodía si es de día o de noche.

    Puede que sea una cuestión lingüística, pero es importante que nos demos cuenta de que la lucha por la igualdad de la mujer, al menos en Occidente, ha costado mucho como para corromperla. En realidad deberíamos decir la lucha por la igualdad entre sexos, pues, aunque muchísimo menos, han colaborado a lo largo de la Historia varones como Bertrand Russell y lo hacen todos los días muchos varones, sin alharacas, sin voces, con naturalidad. También hay otros varones que no sólo boicotean, sino que machacan sistemáticamente a las mujeres, las ningunean, las maltratan y las matan. Eso son también hordas, masculinistas o machistas. No me ofendo si alguna de vosotras los llama así; al contrario. No soy de ellos, sólo me une un cierto aspecto, cierta similitud hormonal, pero nada más. Dicho de otro modo, estoy contra las hordas, contra las bestias.

    Estilos tengo muchos, Terrae, no sólo escribo sobre amapolas y pajarillos. En todo caso, tienes razón en que he sido un poco duro. Discúlpame. Pero no te sientas aludida como mujer. No es eso.

    Y, por último, hay dos cosas que a veces se mezclan y no se debería: la violencia contra las mujeres y la guarda y custodia de los hijos. No conviene.

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  30. Yo no conozco a Atticus personalmente, únicamente a través de sus posts y comentarios.

    Soy mujer, y jamás me he sentido ofendida con ninguna de sus palabras.

    Sé que no es mi conversación, pero el cariño que le tengo me puede y me resulta inevitable mandarle un besooOOO enormee!!!

    MMMMMUUUUUAAAAA!!!!!

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  31. Gracias. Tampoco pretendo ofender a nadie; sólo decir lo que pienso y argumentar hasta donde llego. Pero algunas mujeres (notablemente Green Eyes, a la que quiero por quien es y por su claridad de pensamiento) me lo han dejado muy claro: ellas están con la igualdad, no con la ventaja.

    Gracias también por el beso. Otro para ti, virtual, qué remedio. Eso sí, la conversación, aquí, es de todos.

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  32. vale, yo también estoy por la igualdad y no con la ventaja....y ya que nos hemos puesto besucones yo también os mando un beso!!! muy fuerte!!!

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