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sábado, 20 de febrero de 2010

NE ME QUITTE PAS

Estudiaba servidor de ustedes 3º de BUP, y estudiaba francés, que es el idioma que cursaban las personas “normales”. Un día llegó la profesora (lo siento no recuerdo su nombre: era tan mala docente que mi generoso pudor lo ha olvidado) y nos dijo que Jacques Brel acababa de morir. Yo, naturalmente, no sabía a mis 16 añitos que tal individuo existiera. Pero la profesora nos puso un cassette (los más jóvenes pueden encontrar información al respecto en los libros de prehistoria) y nos dio un folio con la letra. Era “Ne me quitte pas”.

No necesité saber más, la escuché, una vez, otra, la entendí, la disfruté. Le he escuchado cientos, miles de veces desde entonces. Es la canción más triste, más mendicante, más cobarde en su desesperación amorosa, que he oído nunca. También la más bella.

Con la llegada de Youtube he podido ver a Jacques Brel en grabaciones muy antiguas, en primeros planos, con lágrimas en los ojos. Un año atrás enseñé a una “niña” (no había cumplido los 30) esos vídeos. Se rió. Dios la perdone; probablemente nunca dijo a nadie “No me dejes”, jamás supo lo que significa ese dolor.

martes, 9 de febrero de 2010

ADIVINOS, MEDIUMS, OTRAS FAUNAS

Estoy releyendo en el blog de Fer (Mutatis mutandis) un post titulado “La buena ventura”. Mucha gente se toma en serio estas cosas. No hablo de gente inculta y corta de luces, sino de personas que han pasado por la universidad y hacen uso de la razón en su vida y en su trabajo.


Hace poco me comunicaron que mi hijo es Sagitario. He tardado tiempo en saberlo, los 11 años que tiene. Aún me estoy recuperando de tan apasionante conocimiento. También me han dicho que no soy un Tauro típico, lo que no sé si debe alegrarme. Yo que miraba al cielo por puro sentimiento estético, y resulta que ahí está escrito lo que me pasa y lo que me pasará. Vaya, yo que creía que era libre, y todo era una ilusión. Pues qué bien, bendita ilusión.


Recuerdo una anécdota relacionada con estos temas: hace unos años iba a poner a mis alumnos de Bachillerato una película. Mientras ajustaba cables y demás, en la pantalla de la televisión apareció una tipa rubísima entrada en años de abundante volumen y maneras vehementes. Los muchachos me informaron de que era la bruja Lola, por supuesto más conocida que Kant o Platón. No pude evitar escuchar lo que decían en el programa: una mujer llamaba preocupada por el futuro con su marido.


-No lo veo claro, tenéis problemas -decía la bruja mientras echaba parsimoniosamente las cartas.


Lógico, pensé, si todo fuese bien, la señora no estaría llamando, sino disfrutando su tiempo y dinero con él, en lugar de malgastarlo en una línea telefónica a precio de oro.


-¿Qué te pasa, miarma?” -preguntó la bruja.


-Es que mi marido me pega -añadió la mujer.


¿Se dan cuenta?, ella pregunta, la otra le contesta: ¿dónde está la adivinación? Y sigue la supuesta bruja echando cartas y hablando:


-Aquí veo una mujer mayor que sufre.


-¿Una mujer que sufre?


-Sí, sí, sufre mucho. Lo dicen las cartas. Tu madre sufre mucho, miarma.


-Ay, Lola, mi madre murió hace ocho años.


-Pues yo veo una mujer mayor que sufre. ¿Tienes una hermana mayor, una amiga?


-Sí, tengo una hermana mayor que yo.


-Entonces ésa es la que sufre, tu hermana. Alguien que sabe lo que estás pasando y sufre por ti porque te quiere.


¿Qué adivinó la bruja Lola? ¿Por qué esa desgraciada mujer no cogió el teléfono para llamar a la policía en lugar de a semejante vaciabolsillos? Qué peligro, que asco confiar desde el desamparo y la desesperación en semejantes garrapatas, en las lagunas legales que lo toleran, en un sistema socio-educativo que permite -y hasta promueve- bachilleres y universitarios sin sentido crítico ni deseo de adquirirlo.


Unos días después, una alumna de ese curso me esperó al final de la clase. Me dijo más o menos esto:


-Oiga, ¿por qué se mete tanto con todas estas cosas en las que yo creo?


-¿De qué me hablas exactamente? –le dije.


-Sí, de los horóscopos, la adivinación, la ouija…


La miré fijamente. Mientras recogía mis cosas, y con una tristeza infinita, le hablé despacio, en tono amable pero firme:


-¿Por qué estudias bachillerato? ¿Qué haces aquí?


Se dio la vuelta. Desapareció sin decir nada más. No volvió a preguntarme. Ni por eso, ni por ningún otro asunto. Supongo que me gané su odio y en su casa hizo vudú con una figurita ridícula con gafas que me representase. No entendió que la educación ilustra. No entendió lo que es el logos. Por supuesto, obtuvo su título de Bachiller Superior.

lunes, 1 de febrero de 2010

BOLUDECES II: LA FE Y EL ABSOLUTO

En Castelo, uno de esos barrios de Venecia que casi no visitan los turistas, puedes encontrarte con estampas como una colada de ropa interior puesta a secar sobre el canal o ésta que utilizo hoy. Se ve una sede (¿se dice así?) del partido “Refundación Comunista” al lado de un Sagrado Corazón. Para los que no lo sepan, este partido surgió de las cenizas del PCI (Partido Comunista de Italia), cuando decidió hacerse socialdemócrata y rebautizarse como Partito Democratico della Sinistra. Los “duros” del PCI fundaron RC, que es un partido de corte prosoviético ahora que ni siquiera hay soviéticos.


Curioso, porque ser prosoviético sin soviéticos es como decir hoy” ¡Viva Franco!”: anacrónico y apolillado. Nostálgico; tal vez algo peor.

Encontrarse esa sede al lado de un Cristo sólo parece contradictorio. No lo es. Menos aún en Italia, donde el PCI y la religión han representado distintas formas de fe. Y, en algún caso, también la peligrosa tentación de lo absoluto, que es una deriva de toda creencia que excluye disidencias, discrepancias y heterodoxias. Una peligrosa seducción, droga dura.

De todos modos, no es éste el caso. Por eso la foto aparece en esta categoría (Boludeces) desprovista de un análisis filosófico o teológico que no procede.

Alguien pasará por delante, cada día, y no verá conflicto alguno. Se santiguará delante del icono religioso, atravesará el umbral y levantará el puño. Lo que toca.

Obsérvese, por último, que esta sede pertenece, según reza el cartel de la puerta a “Sez. 7 Martiri”. Mártires: delirante, impagable.